Una flor se cristaliza como un rayo de luz
Distante en los sentidos, lejana en la memoria existente
Escrita con letras de color escarlata, las que el cuerpo no olvida
Por eso y quizá, el alma tiembla como el sueño de un niño
Sueños, sueños que son radicales.
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En algún momento el viento que lleva las almas llorara
Y recordara el aliento del sueño, el polvo del tiempo pasado
Cristalino como el tintinear de un beso, como el suspiro de un abrazo
Que grita cristales que son como plumas
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